Acerca del profesor y su formación:

Formada como Profesora-Instructora de Hatha Yoga en Padmasana Center de Madrid, centro caracterizado por velar, preservar y divulgar sin distorsiones ni dogmatismos las genuinas enseñanzas del yoga. Cuenta con el reconocimiento de la INTERNATIONAL VISHWAGURU YOGA AND MEDITATION INSTITUTE Ved Niketam Dham Ashram, ubicada en Rsihikesh, capital mundial del yoga en India.

Formada también como profesora de Yoga para niños en la escuela Madre Tierra de Sonia Casado en "El Escorial".

Acerca de las clases:

El lema de mis clases es: "todos podemos practicar yoga".... el yoga es para todos, las posturas pueden adaptarse a tu estado y sentado en una silla puedes hacer muchas posturas también. Buscamos ese estado de unión de la mente, cuerpo y emociones, ese estado de no juicio, de amor, aceptación y agradecimiento a tu cuerpo y a todos los aspectos de tu ser. 

Tocamos aspectos profundos de la filosofía yóguica, el yoga como camino y su significado original, pero siempre desde la sencilleza. Buscamos esa semilla, esa luz que habita dentro de cada uno, sin envoltorios, sin tanta teoría. Llamamos a la práctica, en todo sentido, decía Swami Sivananda: "un gramo de práctica vale más que toneladas de teoría". Por lo tanto, lo importante es la práctica, pero no desde la autoexigencia desmesurada, sí desde la disciplina con amor y sin perder el foco, que es mirar hacia nuestro interior, allí están todas las respuestas que buscamos. 

Yoga no es un deporte, es mucho más que un mero ejercicio físico, aunque fortalece maravillosamente el cuerpo, ayuda muchísimo a aliviar dolores de espalda, aumenta la flexibilidad, tendremos más fuerza, no debemos perdernos ahí, el fin del yoga no está en el cuerpo físico, está en encontrar y habitar ese espacio de unidad, el que todos somos. 

Te invito a moverte, cuando hay que moverse, a permanecer en quietud, cuando la postura así lo demande y a enfocar siempre tu atención en el cuerpo y en la respiración, todo esto te prepara para tener un cuerpo sano y sin dolencias, una mente tranquila y unas emociones aceptadas y acogidas, para así poder entrar en estados profundos meditativos, que sí es el fin último del yoga.

Iremos avanzando poco a poco en el camino del Yoga, sin exigencias externas, escuchando al propio cuerpo y sus límites, con amor y comprensión. La mejor forma de abrirse es desde adentro, cada uno tiene la llave, cada uno conoce su ritmo. No hay meta a la cual llegar, pero sí muchísimo camino por recorrer!